martes, 23 de julio de 2013

Desde aquí arriba.

Parece mentira todo aquello
visto desde lo alto de esta colina
desde esta campa tranquila
hecha de hierba seca y de tierra
calcinada ya hace años
desde esta loma adonde no llega viento
y aunque hay milanos volando en círculos
no agitan las alas
se mantienen con el ruido
de la Tercera Guerra Mundial
igual que cometas con hilos invisibles
igual que negras cometas ancladas
a viejos carros de combate
oxidados e inútiles en este cerro
desde el que parece mentira todo aquello
tus piernas que eran como dos alambres
y con ellos viniste y te quedaste clavada
y dijiste que qué estaba haciendo
y yo no te veía
sólo estaban tus dos alambres quietos
todo lo estáticos que su esbeltez permitía
y yo no sabía qué estaba haciendo
y yo no tenía nada que contestar
y no te veía
sonidos vinieron para ayudarme
mucha gente alrededor chocando
lechuzas mudas bajo la luna que aullaba
agua salada y rocas algo más allá
y yo enfrentado al suelo
y debajo de tus piernas el planeta
y un flash nos quemó a todos menos a ti
y te vi medio instante
y dije no lo sé
no lo sé
y sacudí la cabeza y todo era sordo otra vez
y sólo tus malditas piernas seguían ahí
querían significar todo lo importante
la victoria cabeza abajo
las enredaderas surgiendo del abismo
las fieras con tentáculos cimbreantes
que yo ya conocía y esquivaba
y volví a esquivar
y corrí muy lejos
después empezó la guerra
sin dictadores bajitos
ni escopetas desvencijadas
con muertos igual de silenciosos
y por eso seguí corriendo
hasta llegar a este collado
desde el que todo aquello parece mentira
visto a través de la negación.




En el tocadiscos:
Tulsa  -  Barro

lunes, 15 de julio de 2013

Tiempos muertos.

En un rincón de la nada nos besamos. Y el plural pocas veces es tan apropiado. Había cuatro o puede que cinco lenguas. Nunca he besado a un hombre. Nunca he besado sin saber a quién besaba. Había una áspera como una hoja de siete venas. Otra sabía a esas barras que se usan para hidratar los labios, un poco a químico, un poco a hierbabuena. El resto se movía demasiado rápido, en un baile de serpientes sin ninguna melodía cerca. Sólo un ambiente saturado de sudor y alcohol impregnaba la oscuridad. Todo era blando, húmedo, vivo. Tan vivo que me sobrevino una náusea.

Abro los ojos y Ginsberg aúlla todavía. Las mentes más brillantes de mi generación intentan algo en algún lugar. Las mejores mentes de mi generación... Algunas buscan su San Francisco, otras aspiran el licor de los tiempos muertos o buscan sus discursos en las chimeneas. La mayoría envía cartas a desconocidos y vuelve la vista atrás como si la persecución pudiera hacerse al revés. Cada una sobrevive en su locura, a pesar de que el Bop ya pasó de moda y los poetas han empezado a copiar metáforas.

Dejaré el bolígrafo. No sé por qué escribo esto.




En el tocadiscos:
Kenny Clarke  -  No Details

sábado, 6 de julio de 2013

Algunos apuntes sobre las noches de verano.

Los meses que empiezan por jota son los de saltos y ríos, colacao frío y grillos en jaulas de colores. No cesan las tormentas de verano y se duerme a ratos, intermitente el sueño, intermitente la lluvia, como dentro de una enorme rueca.

Algo tamborilea los cristales; una pregunta
un destino al final de todos estos cordajes
cables metálicos y maromas de espanto.
La seguridad de las ventanas aisladas (aisladoras)
desagradable discurso hecho de siglos de instinto
y sexo antes de la medianoche.
Tamborilean los signos de interrogación, ojos como platos
la seguridad del noray, tornillos y piedra.
La espera no termina al final del viaje.

Las tinieblas de la vigilia son terribles
porque se encuentra uno -sin remedio- consigo mismo.
Se puede describir el hallazgo con epítetos
frugal, descarnado, onírico, letal
mas queda siempre un fleco desconocido
imposible de contar
latiendo delante de los párpados congelados.
La eternidad se desdobla cuando sólo pasa
algún coche acuchillando la oscuridad
y las sábanas arden como azufre
y las paredes rezuman nubes de humo invisible.
Germina el temor desde la base del estómago
miedo nuevo a lo que saben los filósofos
por decapitar con una Razón enorme
al yo y al me.

***

Salí del recinto y manadas de desconocidos me atravesaban en su trajín. El aire no era menos húmedo que horas antes, pero el tono de todo era delante de mis ojos menos saturado. Parecía como si una neblina manchase mi mundo. Una pátina casi inexistente de ceniza sin humo.

El día después todo está quieto
y la luz es extraña.
No hay canguros en Austria
y el aire sale al mundo entrecortado.
Me gustaría bañarme en el lago
con un toldo de nubes y rodillas tiritando
ojos desconfiados / locuras de turista.
Que el verano no es el calor
que no
que el verano no es junio / agosto / julio.
El verano es todo lo demás
colchones a medio hinchar y gritos a deshora
motocicletas tronando y paseos bajo el agua
pinos como flechas al cielo
vacas escondidas entre montañas
criaturas que no aparecen en los catálogos.
Me gustaría alargar este verano
evitar los cafés para no dormirme a la vuelta
engañar a las horas sin malicia
como en las romerías, cantando montañesas.




En el tocadiscos:
Zahara  -  General Sherman y cómo Sam Bell volvió de la Luna

martes, 2 de julio de 2013

La ignorancia.

Me resguardo en la clemencia robótica
de los creyentes;
pienso a veces
que no es el peor pecado la ignorancia.
Buscamos el más próspero de los mundos conocidos
y lo habitamos con inquina, como fieras
con hambre de guerras mugrientas y
de lamentos.

Tengo recuerdos gratos de las iglesias
llenas de señoras confiadas
envueltas en piedras disolviéndose
en gárgolas y columnas
arcos enormes sosteniendo el cielo y
santos fosilizados.
Pienso a veces
que construimos la hermosura
en un intento por parir deidades.
Sin sabiduría, sin Dios,
sin la duda
¿Qué importancia tendría la ignorancia?




En el tocadiscos:
Los Planetas  -  San Juan de la Cruz